Para el economista Carlos Ñáñez, Venezuela está tan golpeada y afectada, que el ciudadano común dice que el conflicto entre Ucrania y Rusia está muy lejos y no nos afectará, pero si habrá algún impacto.
La principal implicación es el aumento del precio del barril del petróleo, y aunque Venezuela no tenga la capacidad de producir tres millones de barriles diarios, si no alrededor de 600 mil, eso tendrá una incidencia en un incremento en el ingreso del país y la posibilidad de que se siga operando en el mercado cambiario para mantener, artificialmente, sobrevaluado el tipo de cambio real.
Y aquí, el problema, porque la sobrevaluación genera distorsiones, ya que la gente requiere más dólares para poder comprar los bienes y servicios valorados en bolívares, lo que erróneamente se llama inflación en dólares; explicó el especialista en entrevista con Sandy Aveledo, por Unión Radio.
“Un conflicto de escalada como el que se está desarrollando en Ucrania, con un conjunto de sanciones durísimas, como la eliminación de la plataforma de pagos internacionales, desde luego que afecta a Venezuela, porque la oficina de Pdvsa que estaba en Lisboa fue mudada a Moscú y todos los bancos con los que se realizaban operaciones, no sólo de petróleo, van a tener dificultades para transferir el dinero a nuestro país, y si se usa ese sistema, aunque Maduro diga lo contrario”, agregó.
Además, hay que considerar la cercanía de los gobiernos de Rusia y Venezuela.
En cuando a la digitalización y dolarización en Venezuela, dijo que no es tan extendida como se creía y eso se manifestó en octubre con la crisis del Banco de Venezuela, cuando la gente vio que su dinero quedó represado.
Al preguntarle si Venezuela ha mejorado, dijo que hay un goteo de la renta en dólares, muchas personas están encontrando empleo en el sector privado que de alguna forma se beneficia por el proceso artificial de sobrevaloración del tipo de cambio e importaciones.
“Pero en el país no se produce nada y no todos tienen acceso a las divisas, solo un pequeño porcentaje que es el que se ve en las playas, restaurantes y supermercados, y se ve una modesta recuperación económica”, señaló.
A esto se suma que hoy amanecemos con la publicación en Gaceta de la Reforma de la Ley a las Grandes Transacciones, un impuesto altamente regresivo, que lo pagará quienes lo tienen y quienes no.