Dr. Dre, Snoop Dogg, Eminem, Mary J. Blige y Kendrick Lamar llevaron este domingo los ritmos del hip hop al flamante estadio So-Fi de Los Ángeles en el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl, la gran final de la liga de football americano que disputaban los Rams y los Bengals.
Sobre el césped del recinto, inaugurado en 2020 con un presupuesto de más de 5.000 millones de dólares, aparecieron cinco viviendas blancas colocadas sobre un mapa de Los Ángeles iluminado y los coches deportivos estacionados a la puerta, en un mensaje claro de que se trata fundamentalmente de una música urbana y del culto al dinero.
Los raperos se fueron sucediendo acompañados por sus respectivos cuerpos de bailarines en un espectáculo que supo a poco a los 70.000 espectadores que llenaron el estadio, en lo que parece una nueva normalidad tras dos años de pandemia del covid-19, pese a que tuvieron que presentar certificado de vacunación o test negativo y mascarilla.
Los cinco artistas reunidos han ganado 44 premios Grammy -solo Eminem tiene 15- y han creado 22 álbumes convertidos en el número 1 del Billboard.
El Super Bowl regresó a Los Ángeles por primera vez desde 1993, en el tercer año de colaboración entre la NFL, Pepsi y Roc Nation, la compañía del magnate del hip hop Jay-Z, el marido de Beyoncé, que junto con el productor Jesse Collins produjeron este espectáculo.
“El hip-hop es el género musical más importante del planeta en este momento, por lo que es una locura que nos haya llevado todo este tiempo en ser reconocidos”, declaró Dr. Dre esta semana.
Dre incluyó a dos raperos sordos, Sean Forbes y Warren “WaWa” Snipe, en su espectáculo, por lo que por primera vez hubo intérpretes de los signos.
El show de medio tiempo o también conocido como Halftime show es una presentación de varios artistas reconocidos a nivel internacional, quienes interpretan sus mejores canciones durante el descanso del partido entre los finalistas de la NFL. En esta edición, el rap y el hip-hop serán los grandes protagonistas.