“El gran reto es hacer que nos escuchen”, dijo Francisco “Fian” Bello Medina, al asumir la presidencia de la Juventud Demócrata Cristiana de Carabobo.
“Mi presencia en este acto significa un honor, pero también, una gran responsabilidad. Llevo sobre mis hombros las enseñanzas que en mi familia se han transmitido de generación en generación, el amor por Venezuela, el orgullo de sentirme carabobeño y el compromiso de haber nacido y sentirme cada vez más socialcristiano y copeyano”, señaló.
Dijo que no es una tarea fácil la que se le encomienda, porque los jóvenes de este país solo han vivido el régimen chavista, con todo lo que eso significa y han crecido en una era en que los antivalores están de moda.
*El desinterés por la política y, peor aun, la antipolítica como moda, la búsqueda de cosas materiales o superficiales sin importan lo que tengan que hacer para lograrlo, el absoluto desconocimiento y hasta desprecio por las distintas corrientes ideológicas, es lo que se respira en nuestro ambiente, sin embargo, no tenemos miedo de asumir el deber nadar contra corriente”, aseguró.
“Ahora bien, para luchar contra estos enemigos tan poderosos, queremos utilizar una herramienta, que será uno de los primeros objetivos de nuestra gestión: La formación”, agregó.
Considera que es difícil cambiar la forma de pensar de los jóvenes si no se les presenta algo distinto. “La democracia cristiana es una ruta correcta para hacerlos entender la importancia de nuestra participación política, amarrados a los valores y principios que están tan ausentes en la sociedad actual”.
“Estoy seguro que muchísimos jóvenes que van desde los colegios y liceos, universidades y nuevos profesionales, se cultivarían con nuestro pensamiento, el gran reto es lograr que nos escuchen”, manifestó.
Dijo que para ello es necesario establecer planes de acción en los que hemos ido trabajando, sin embargo, lo más importante es enseñar con el ejemplo. “Debe notarse que somos distintos, que estamos comprometidos, que anteponemos el bien común al bien particular, que somos capaces de ceder espacios, de perdonar para lograr la necesaria unidad opositora, sin que esto vaya en contra de nuestra propia dignidad”.
“Como juventud vamos a estar vigilantes del liderazgo regional y nacional. Vamos a pedirles que den lo mejor de cada uno de ustedes y vamos a hacerles una exigencia y un recordatorio:
Ninguno de nosotros tiene alguna factura o guarda algún resentimiento con algún copeyano. No formamos parte de antiguos enfrentamientos por lo que no nos permitiremos sentir el rencor que ellos sembraron”.
Cuenten con todo nuestro esfuerzo para lograr reconstruir este partido en base al trabajo y al perdón; al reencuentro del liderazgo socialcristiano del país y la suma de miles de jóvenes que como nosotros estamos dispuestos a apuntalar la lucha “por la justicia social en una Venezuela mejor”.
Para finalizar indicó que no quieren ser la juventud de una parte, sino de todo el humanismo cristiano honesto y sincero del país. “Nuestro reto es Formar parte de ese Copei grande, unido y victorioso que Venezuela y la democracia nos reclaman”.