Hace pocos días, el presidente Nicolás Maduro recibió en el Palacio de Miraflores a representantes del Foro Cívico, una plataforma de organizaciones de la oposición venezolana en la cual estaban incluidos importantes miembros de sociedad civil que le cuestiona.
En el encuentro, sus representantes, activistas de Derechos Humanos, académicos, sindicalistas y empresarios, todos de línea moderada, hicieron solicitudes para la recomposición institucional del país. Entre ellas estaban incluidas proposiciones para el nombramiento del nuevo Tribunal Supremo de Justicia.
“Hemos decidido reactivar el diálogo nacional con todos los sectores políticos, culturales, sociales. El diálogo de México recibió un duro golpe, pero si estamos pidiendo diálogo para el mundo tenemos que dar el ejemplo. Vamos a un diálogo más amplio e inclusivo en el país”, dijo el mandatario nacional, acompañado de la diputada Cilia Flores, y de Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional.
Para el 21 de abril el Gobierno se dispone a instalar el Foro de Diálogo Social, con presencia de miembros de la Organización Internacional del Trabajo, una mesa de intercambio con sindicatos y empresarios cercanos a su causa, así como también miembros de la patronal empresarial Fedecámaras.
El Ejecutivo ha permitido el asentamiento de una Oficina de la Corte Penal Internacional en Caracas y ha dado continuidad a las conversaciones con autoridades estadounidenses para procurar el otorgamiento de licencias en los campos petroleros venezolanos.
Mientras tanto, las relaciones con la patronal Fedecámaras se encuentran en un momento particularmente óptimo, con cruces mutuos de recomendaciones y parámetros de coexistencia acordados. El empresariado ha aprovechado la zanja para hacerle ver a Jorge Rodríguez y la vicepresidenta Delcy Rodríguez, sobre la inconveniencia en los constantes cambios de tono de Maduro con los capitales y las potenciales dificultades para aumentar la inversión privada en el país sin seguridad jurídica.
“Abrirse políticamente es para el Gobierno de Maduro una necesidad”, sostiene el también analista político y experto electoral Andrés Caleca entrevistado por El País.
