Por el momento no hay nada que sugiera que la nueva variante del coronavirus detectada en el sureste de Inglaterra -que llevó a la imposición de una dura cuarentena en Londres, amplios sectores del este y sureste de Inglaterra y Gales- cause síntomas más graves o que afecte la capacidad de las vacunas.
Pero, según anunciaron autoridades británicas este sábado, las investigaciones preliminares sugieren que puede transmitirse más fácilmente el virus.
Hay dos razones por las que los científicos la vigilan de cerca.
La primera es que los niveles de la variante son más altos en lugares donde se han registrado más casos.
Este sábado, al anunciar nuevas restricciones para ciertas zonas del país –similares a las del pasado mes de marzo-, el primer ministro británico, Boris Johnson, explicó que la propagación del virus en muchas partes de esta región está “impulsada por la nueva variante del virus”.
Johnson -quien según los analistas reaccionó tarde a la hora de adoptar medidas de contención del coronavirus- reiteró que no hay evidencia de que la nueva cepa cause síntomas más graves o una mayor mortalidad.
“Puede ser hasta un 70% más transmisible que la variante anterior”, agregó, puntualizando que son datos iniciales y están sujetos a revisión.
Al parecer, el 60% de los nuevos contagios en Londres corresponden a la nueva variante del coronavirus.
Dos tipos de mutaciones
Hay dos conjuntos notables de mutaciones.
Ambos se encuentran en la proteína de pico, que es la llave que usa el virus para abrir la puerta a las células de nuestro cuerpo y apoderarse de ellas.
La mutación N501 altera la parte más importante del pico, conocida como “dominio de unión al receptor”.
Aquí es donde el pico hace contacto por primera vez con la superficie de las células de nuestro cuerpo. Cualquier cambio que facilite la entrada del virus probablemente le dará una ventaja.
“Se ve y huele como una adaptación importante”, dijo el profesor Loman.
La otra mutación -una supresión H69 / V70- ha surgido varias veces antes, por ejemplo en los visones infectados en Dinamarca.
La preocupación ha sido que los anticuerpos en la sangre de los supervivientes parecen menos eficaces contra esa variante del virus.
Pero, una vez más, se necesitarán más estudios de laboratorio para comprender realmente lo que está sucediendo.
“Sabemos que hay una variante, no sabemos nada sobre lo que eso significa biológicamente“, dijo el profesor Alan McNally, de la Universidad de Birmingham.
“Es demasiado pronto para hacer alguna inferencia sobre cuán importante puede ser o no”, agregó.
¿Y las vacunas?
Las mutaciones en la proteína de pico conducen a preguntas sobre la vacuna porque las tres candidatas principales -las desarrolladas por Pfizer/BioNTech, Moderna y Oxford/Astra Zeneca- entrenan al sistema inmunológico para que ataque el pico.
Sin embargo, el cuerpo aprende a atacar múltiples partes del pico. Es por eso que los funcionarios de salud siguen convencidos de que las vacunas funcionarán contra esta variante.
Con información de BBC Mundo