14 personas han sido declaradas culpables por los atentados en la sede de la revista y un supermercado judío en Francia
MARC BASSETS/El País/París
Los acusados de complicidad en los atentados islamistas de enero de 2015 en Francia contra el semanario satírico Charlie Hebdo y el supermercado judío Hyper Cacher han sido declarados culpables este miércoles y condenados a penas de entre 4 y 30 años de prisión. Los atentados dejaron 17 muertos en París y su periferia e inauguraron un año de terror yihadista que culminó, 11 meses después, en los ataques a la sala de conciertos Bataclan, a varias terrazas de la capital francesa y al Stade de France, en la ciudad vecina de Saint-Denis. Los tres meses que ha durado el juicio han estado marcados por otros tres atentados yihadistas en el país y un debate nacional e internacional sobre la libertad de expresión, el derecho a la blasfemia y las caricaturas de Mahoma en Charlie Hebdo. Ali Riza Polat, el principal inculpado, ha sido condenado a 30 años de prisión por complicidad en crímenes terroristas.
De los 14 acusados por el ataque a Charlie Hebdo y al Hyper Cacher, tres han sido juzgados en ausencia. Entre ellos figuran la única mujer, Hayat Boumedienne, así como los hermanos Mohamed y Medhi Belhoucine, de quienes se sospecha que murieron en Siria tras unirse al Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). La dificultad del proceso consistía en determinar el grado de complicidad de los acusados, puesto que los tres hombres que perpetraron los atentados —los hermanos Saïd y Chérif Kouachi y Amédy Coulibaly— murieron tiroteados al enfrentarse a la policía y la gendarmería tras cometer los ataques.
Ali Riza Polat, el principal inculpado, ha sido condenado a 30 años de prisión. Otros dos, Amar Ramdani y Willy Prévost, han sido condenados por “asociación de malhechores terrorista” a penas respectivas de 20 y 13 años de cárcel. Los jueces rebajaron las acusaciones de varios de ellos a “asociación de malhechores no terrorista”. Se trata de Saïd Makhlouf, Mohammed Farès, Abdelazis Abbad, Neetin Karasular, Michel Catino, Christophe Raumel y Miguel Martínez, que deberán cumplir penas de entre cuatro y 10 años de cárcel.
El proceso por los atentados del 7 al 9 de enero de 2015 ha juzgado, primero, la implicación de toda una red de traficantes y delincuentes que proporcionó las armas, el equipamiento y la financiación que facilitaron a los hermanos Kouachi y a Coulibaly la ejecución de sus crímenes, según la acusación. La defensa pidió que no se buscasen, fuera como fuese, culpables que suplieran la imposibilidad de condenar a los Kouachi y a Coulibaly. Los acusados sostuvieron durante el juicio que no tuvieron nada que ver.
El juicio ha tenido algo de catarsis para Francia porque ha permitido revivir, y conocer mejor, los detalles de aquellos días y escuchar a las víctimas. Y porque trágicamente ha coincidido con una nueva ola de ataques yihadistas en Francia, que tuvo su momento más dramático en la decapitación del profesor Samuel Paty el 16 de octubre por un yihadista de origen checheno, y el ataque con el que un terrorista mató a tres personas con cuchillo en la basílica de Notre Dame en Niza el día 29 del mismo mes.